Los síntomas que se pueden presentar en una persona que tiene la enfermedad celíaca son varios, por lo tanto a veces no se puede diagnosticar rápidamente por presentar similitudes con otras enfermedades. Desde la Federación de Asociaciones de Celíacos de España estiman que entre un 80 y un 85% de los pacientes aún no saben su diagnóstico certero.
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Una de las pruebas claves para diagnosticar la celiaquía es principalmente estar atentos a los síntomas. Identificar la frecuencia de diarreas, cefaleas, digestiones pesadas, dermatitis, cambios en el peso, hinchazón, vómitos, entre otros, brindará información para seguir con el resto de los pasos para llegar a un diagnóstico certero de la afección.
Otra de las pruebas necesarias para poder dar con el diagnóstico de la celiaquía es la detección de anticuerpos. Ante la sospecha por sintomatología, el médico deberá ordenar un estudio de serología relacionado con la afección.
Como tercera prueba que se puede realizar a la hora de buscar un diagnóstico certero de la afección celíaca, existen otros estudios genéticos, ya que la enfermedad autoinmune requiere predisposición genética para desarrollarse. Este tipo de prueba será complementaria a las anteriores y de ninguna manera podrá ser tenida en cuenta por sí sola.
Otra etapa probatoria para la detección de la afección celíaca es la biopsia intestinal, ya que a través de ese procedimiento se puede conocer si el órgano del sistema digestivo presenta lesiones o si está inflamado. Luego se deberá someter al paciente a una dieta de prueba que no contenga gluten para ver cómo reacciona el organismo en su totalidad. El tiempo del plan alimenticio no debe ser menor a seis meses, según se afirma desde la guía 0 Gluten.