Marina Escudero es nutricionista y enfermera del grupo sanitario Ribera en el Centro de Salud Integrado Denia II. Sobre cómo nos alimentamos diariamente, la profesional explicó que la clave es estar atento a la cantidad de sodio que tiene la comida con la que nos alimentamos.
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La mayoría de la comida rápida, precocinada, fiambres, embutidos, escabeche, encurtidos, preparados alimentarios como fideos instantáneos, pizzas, sándwiches o wraps, así como el pan seco, los snacks, la sopa en polvo o los quesos ultraprocesados tienen mucha más sal de la recomendada.
En ese sentido, Escudero expresó que “toda comida con más de 1.25 gramos de sal por cada 100 gramos o mililitros de producto es alto en sal y debemos evitarlo”, asegura. Carmen Navarro, responsable de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario del Vinalopó, confirmó lo dicho por Escudero, «la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para la población adulta en general con una vida sana y sin esfuerzos prolongados, el consumo medio de 5 g de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de sal llena (tamaño cucharita de café) o a 2 g de sodio al día”, explica.
De hecho, la profesional, explicó que en España la ingesta de sal y sodio supera con creces las recomendaciones saludables, tal y como muestra la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que asegura que se ingieren 9,7 g de sal al día. Aunque si bien Marina Escudero matiza que el sodio, “necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya está presente de forma natural en los alimentos”. Y deja un tip clave en tanto que aseguró que “toda la sal que añadimos bien sea la de mesa o la que llevan los alimentos procesados, es innecesaria”.
Ahora bien, para evitar caer en la improvisación y en el consumo de comidas rápidos y ultraprocesados los nutricionistas del grupo sanitario Ribera recomiendan comprar alimentos frescos y, sobre todo, planificar las comidas para aprovechar al máximo el tiempo de ocio y las vacaciones con la familia y los amigos.
Además, en ese sentido recordó la importancia de una correcta hidratación, no solo a base de agua sino también de alimentos ricos en agua, pero no de sodio. “Aunque en verano tengamos unas mayores pérdidas de agua y electrolitos, no se recomienda un aumento del aporte de sal en dicha estación, si no que se incremente el aporte de agua y alimentos ricos en ella”, asegura.