Los helados son uno de los productos más consumidos durante los meses de verano, debido a las altas temperaturas, su consumo es muy alto en estos tiempos. Son un producto que no es perecedero, aunque muchos crean que, por estar congelados, son duraderos y no pueden estropearse hasta que se saquen del congelador. No es así, tienen fecha de caducidad, pero a veces, al sacarlos de las cajas en los que van, uno no se acuerda de apuntarla y no se sabe a ciencia cierta cuando deberían caducar.
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Antes de llevar a cabo la descongelación y sacar el helado para consumirlo. Existe una forma de saber si se puede comer el helado que contiene, o es mejor directamente a la basura. Simplemente hay que comprobar si se han formado cristales, ya sea por fuera, alrededor del helado, o en la superficie del helado.
Esos cristales que aparecen en los helados pueden deberse a la proliferación de bacterias y, aunque no se sabría que están, ni por el sabor ni por el olor, existen muchas probabilidades de que el helado esté ya contaminado y, por salud, no debería consumirse en esas condiciones.
De igual modo, los helados, al igual que los alimentos, se ponen malos dependiendo del tipo de helado y de su fabricación. Los que incluyen trocitos de ingredientes, como chocolate, frutas. galleta o siropes duran mucho menos. Si incorporan estabilizantes, aumenta su tiempo de conservación. Y, por supuesto, depende también de la temperatura de almacenamiento.
Por su parte, a los helados de crema se les asigna una fecha de consumo preferente de entre cuatro y seis meses. Los de agua, tipo polo, no tienen ese riesgo de enranciamiento y pueden durar bastante más, ya que son prácticamente hielo, pero siempre hay que tener cuidado. Es por eso que, sea el helado que sea, el que metamos en el congelador, estaría bien apuntar la fecha de caducidad en su envoltorio.