Las patatas fritas son un gran acompañante en las comidas, un clásico dentro de nuestra gastronomía, pero que salgan perfectas tienen su truco. Ahora te vamos a presentar el secreto de Karlos Arguiñano para que tus raciones queden de la mejor manera posible cada vez que las prepares.
Si bien parece algo sencillo, la realidad es que su preparación se puede liar con cualquier cosa, desde el aceite, la elección de las patatas o con el tiempo de cocción. Esto quedará atrás después de aprender a prepararlas como el afamado cocinero. Además de poder disfrutar de unas deliciosas patatas cada vez que las prepares.
Si bien cuando uno prepara las patatas fritas tiene la posibilidad de que queden duras, se quemen, estén a medio cocer, demasiado grasientas o frías. La realidad es que falta práctica, pero también uno que otro truco de los expertos para que puedas perfeccionar la técnica. Mejor vamos a ello.
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Cómo hacer unas patatas fritas perfecta
- Lo primero que deja claro Arguiñano es cómo se deben cortar las patatas antes de ponerlas a freír. Esto teniendo en cuenta que la patata debe ser nueva, ya que así suelta menos almidón. Volviendo al corte, el chef recomienda que 'cuadremos' las patatas, se deben usar patatas grandes para poder cortar las puntas y queden del mismo tamaño, hasta dejar un rectángulo.
- Después se tendrá que cortar en bastones. El hacer el tema del cuadrado no tiene que ver con estética, sino con una cuestión práctica. Además de que las convierte en uniformes, el se que sean del mismo tamaño hace que su cocción sea pareja, es decir, que sabrás cuando están todas listas.
- El punto más importante, previo a la cocción. Arguiñano hace un primer remojo durante 15 minutos en un bol con agua fría. Esto hará que se pierda parte del almidón. Esto permitirá que se peguen menos en el sartén y absorberá mucho menos aceite. No te olvides de escurrir bien las patatas tras el remojo, sino brincará mucho aceite y te puedes quemar.
- Por último se recomienda una doble cocción, ya que así contarás con unas patatas mucho más ligeras y más crujientes. Eso sí, no te olvides de escurrir bien las patatas para quitar el exceso de aceite y a disfrutar.