¿Qué es el buttermilk?
El buttermilk, también conocido como mazada o suero de mantequilla es un ingrediente muy utilizado para la repostería, sobre todo para darle un aspecto más suave y esponjoso a los bizcochos. Un error muy grande que suele pensarse de este ingrediente es que posee un alto nivel de grasas. Idea completamente errónea, ya que, de acuerdo a los niveles establecidos en las tablas nutricionales de la leche, por cada 100 gramos de este producto existen alrededor de 3.5 gramos de contenido graso. Ahora, con el buttermilk, solo hay 0.7 gramos de grasa, por lo que su consumo puede ser muy favorable para cualquier estado de salud.
Su uso era muy popular en la edad media, sobre todo en la Gran Bretaña, donde por cientos de años fue consumido por pastores y lecheras, convirtiéndose de esta manera en una bebida de moda en las grandes ciudades. Con el paso del tiempo fueron adaptándose a mejorar la calidad del producto, pero hoy en día, aún es difícil de encontrar.
Ventajas de consumir buttermilk
Consumir este rico producto ha demostrado tener cierta ventaja para la salud de los seres humano, posee un alto contenido de proteínas, así como grasa láctea saludable cuyos niveles de lípidos polares son elevados, los cuales han demostrado tener un efecto favorable para la prevención de cáncer de colón, así como la disminución de niveles altos de colesterol malo, auxiliar en el combate de ulceras gástricas y mejora el funcionamiento neurocerebral.
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¿Cómo preparar buttermilk?
Ahora que ya conoces más sobre los beneficios e historia de este increíble producto, te dejamos a continuación la receta ideal para preparar tu propio buttermilk de manera fácil y rápida. Recuerda incluirla siempre en tus platillos dulces y salados, los cuales tendrán un sabor y textura diferente que encara a más de uno.
Ingredientes:
- 1 taza de leche
- 4 cucharadas de zumo de limón
Preparación:
Preparar este ingrediente es de lo más sencillo, solo deberás verter las cuatro cucharadas de limón sobre la leche y esperar cerca de 15 minutos. Una vez pasado el tiempo, notarás como se han formado grumos dentro de la leche, esto significa que esta lista para consumirse.
Podrás guardar el buttermilk dentro de frascos de vidrio siempre y cuando este bien cerrado. Colócalo dentro de la nevera, por una semana o si deseas puedes congelarlo, de esta manera podrás conservarlo por hasta 3 meses. En caso de notar que su consistencia ha cambiado solo necesitaras mezclar un poco para regresar a su forma habitual.