Los famosos huevos de pascua no pueden faltar en estas épocas de reencuentro familiar y espiritual. Si bien lo más sencillo es salir e ir a una pastelería a comprarlos, podemos pasar una entretenida tarde preparando una receta sencilla y sabrosa.
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El comer estos huevos de Pascua es una tradición que se mantiene a lo largo de los siglos donde, los más pequeños son los que más lo esperan. Por eso, si tienes un tiempo, puedes hacer en casa un huevo que será muy económico y con un sabor como si fuese hecho por un chef pastelero profesional.
Para la comenzar la receta de este gran huevo de pascua, debes templar la cobertura de chocolate. Para eso fundimos el chocolate a una temperatura de 45 grados centígrados en un baño maría con mucha precaución de que no nos entre agua ni pequeñas salpicaduras de ésta que podrían arruinar nuestro trabajo.
Luego de terminar con esa etapa, vertemos 2/3 del chocolate fundido en una superficie fría de mármol o granito seca. Mantenemos el chocolate en continuo movimiento agitándolo con una espátula o rascador. Ten paciencia con el huevo ya que seguimos moviendo hasta que el chocolate empiece a espesar, su temperatura habrá bajado unos cuatro o cinco grados por debajo de su temperatura de trabajo, aquí se producirá la cristalización.
Para ir terminando la receta del huevo de pascua, vertemos el chocolate de la superficie de trabajo de nuevo al bol encima del tercio de chocolate fundido que habíamos reservado, movemos cuidadosamente para unirlos y homogenizarlos. Medimos la temperatura final con el termómetro de cocina hasta llegar a la de uso según el tipo de chocolate que estemos empleando. Debemos mirar en el envase de nuestra cobertura cuales son las temperaturas de trabajo de cada chocolate.
Ingredientes
- Para 4 personas. Chocolate negro de cobertura 600 g